Como último bastión de la memoria del desierto, María Elena en su lenta y progresiva agonía como antiguo emplazamiento salitrero, representa también la agonía de la identidad que le dio vida a este yermo.
En cualquier llano pedregoso del archipiélago, alguna pradera polvorienta custodiada entre las colinas altas también, o en tal o cual planicie que cortejan el mar interior de la isla grande[…]