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Manuela Royo: Un derecho humano no puede ser susceptible de apropiación

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Manuela Royo es historiadora, abogada y vocera nacional de MODATIMA, organización en defensa del Derecho Humano al Agua. Como abogada ha tomado conocimiento en causas emblemáticas de vulneración de Derechos Humanos, experiencia con la cuál fue electa para redactar la propuesta de Nueva Constitución que se plebiscitará el próximo 4 de Septiembre. En esta entrevista, repasamos los principales logros de la propuesta de Nueva Constitución.

Entrevista por Pascal Volker Anguita

 
 
Esta Constitución sienta las bases para la profundización de la democracia, en el sentido que permite espacios de participación directa e incidentes en la creación de leyes, referéndums o la existencia de la Asamblea Constituyente Constitucional.

Manuela Royo

V  

ienes desde los movimientos sociales que tienen una vasta experiencia en la defensa del agua como derecho humano. ¿Quedas contenta con lo realizado por la Convención Constitucional en este tema?

Es muy importante que la Nueva Constitución establezca el derecho humano al agua y al saneamiento, lo que pone a Chile al día en observaciones de las Naciones Unidas respecto a la materia y que muestra su importancia, por ejemplo, en medio de una pandemia, en el contexto de crisis ambiental y climática que vivimos hoy.

Además consideramos muy relevante que hayamos podido establecer un Estatuto constitucional del Agua, en que el agua es considerado como bien común inapropiable, es decir, que no es susceptible a ser considerado como un bien privado, como actualmente sucede con el artículo 19 número 24, inciso 11 de la Constitución actual, que establece que respecto del agua existen derechos de propiedad. En ese sentido, establecimos que un derecho humano no puede ser susceptible de apropiación.

También es súper importante que la Nueva Constitución establece prioridades de uso respecto al agua, poniendo siempre en las prioridades el consumo humano y la protección eco-sistémica, recuperando el ciclo del agua. Además, esta norma se complementa con la existencia de Consejos de Cuenca, que son espacios de gobernanza participativa en las cuencas donde las personas que viven allí, que consumen el agua, también tienen la posibilidad de organizarse y tomar decisiones. Esto se complementa con la protección del agua potable rural. Actualmente sucede solamente respecto de quienes tienen la propiedad de los derechos de agua. Por si fuera poco, tenemos una institucionalidad que durante muchos años entregó, de forma perpetua y gratuita, derechos de agua a particulares más allá de lo que realmente existía en aquellas cuencas.

En ese sentido, consideramos muy relevante que en la Nueva Constitución exista una institucionalidad que va a encargarse de este proceso de desprivatización que será la Agencia Nacional del Agua, la cual va a diagnosticar cuánto agua efectivamente existe y luego, en base a esta priorización que pone en primer lugar el consumo humano, la función eco-sistémica, la agricultura familiar y campesina y el uso de las comunidades indígenas va a poder redistribuir usos de agua sin impedir la existencia de usos económicos. Pero esto solamente puede realizarse cuando esté satisfecha la demanda y el consumo humano, para impedir que suceda lo que sucede actualmente que personas no tienen agua para beber, para cocinar, para regar sus siembras, mientras a pocos kilómetros hay empresas de agricultura extensiva, de monocultivo y empresas forestales que consumen litros y litros de agua para su negocio. Eso es lo que queremos revertir y eso lo hemos logrado en este texto constitucional y estamos muy orgullosas y orgullosos de lo que hemos logrado.

Una crítica que se ha levantado desde grupos conservadores y desde la ex Concertación es que en la elección de los convencionales llegaron muchos “activistas” de demandas específicas o parcializadas, que carecen de una mirada global para la construcción de una Constitución.

La ciudadanía eligió a quienes consideraba importantes y relevantes para escribir el texto constitucional. Esto no fue un concurso universitario de quién tiene más crédito y más títulos académicos para escribirla, sino que fue una elección absolutamente democrática que estableció la paridad y que establece también la existencia de representantes de los pueblos originarios. Y obviamente eso tiene un correlato en el texto constitucional. Porque cada quien llegó a la Convención Constitucional con una misión, con un mandato o al menos con una idea de lo que quería hacer. En nuestro caso, si bien evidentemente como integrantes de MODATIMA, nuestra lucha principal es en relación al agua, trabajamos en muchas otras temáticas. En el caso de Carolina Vilches ella trabajó en ordenamiento territorial y en todo el capítulo de medioambiente. En mi caso trabajé en la Comisión de Justicia, en justicia feminista, también en todo el modelo de modernización del sistema de justicia de órganos autónomos, y hemos tenido un trabajo mucho más extenso que solamente el agua. Entonces, si bien venimos con cierta claridad y ciertas prioridades, lo cierto es que ello no obsta a que hayamos tenido también la posibilidad y la capacidad de hacer un aporte concreto y significativo en muchas otras áreas además del agua.

Hay varios convencionales que llegaron a la Convención con la intención evidente de que ésta fracasara. De hecho todos los partidos de derecha –los mismos del Sí a Pinochet- están explícitamente por el rechazo.

Me parece que no hay ninguna sorpresa o novedad con esta postura. Ellos entraron a la convención con el objetivo del rechazar, de no aportar y de no construir. Y eso ha tenido su mayor manifestación en la actualidad. Ahora tampoco vamos a engañarnos y a decir que en algún momento quisieron estar por el Apruebo, porque eso no es real. Nunca existió esa intención. Ellos votaron por el rechazo en el plebiscito de entrada. Entonces creo que siempre la intención fue la misma y nada ha cambiado, solamente hacen más o menos visible su postura en base a la conveniencia política del momento.

A modo de resumen, ¿qué es lo más importante que le entrega esta Nueva Constitución a Chile?

Esta Constitución sienta las bases para la profundización de la democracia, en el sentido que permite espacios de participación directa e incidentes en la creación de leyes, referéndums o la existencia de la Asamblea Constituyente Constitucional. Además, luchas históricas logran su consecuencia en el texto constitucional, como la lucha feminista en la inclusión de la paridad, de los derechos sexuales y reproductivos. Otras luchas que apuntan hacia la superación de un Estado neoliberal, se consagran en el Estado Social y Democrático de Derecho y  la garantía de derechos sociales, como el trabajo, la educación, la vivienda y la salud, entre otros. Y, obviamente está el ser la primera Constitución que se escribe en el contexto de la emergencia climática. Al tener un capítulo dedicado a la naturaleza y al medio ambiente, se configura como la primera constitución ecológica, lo que también nos llena de mucho orgullo, mucha satisfacción y creemos que nos da las herramientas suficientes y necesarias para avanzar hacia el Apruebo.

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